Esta semana me ha dado por reflexionar sobre los sueños. Y no, no me refiero a los que aparecen mientas duermes sino a ese «algo» que hace que te vibre el alma cuando piensas en ellos.
Los sueños tienen una peculiaridad muy bonita y es que no te abandonan, te toman de la mano y te dices «¿vienes?».
Quiero compartirte algo y es que seguirles el ritmo, no es fácil:
A veces te tomarán por loca (Recuerda, los sueños son algo extraordinario y todo «fuera de lo común», es raro).
No te saldrán a la primera, sentirás cansancio, tendrás miedo por «no ser capaz» pero, ¿sabes que? LO ERES, date la oportunidad y aprende del camino.
Otras, te dirán que «es imposible».
¿Me dejas darte un consejo?¿Sí?: no tomes a mal quien te lo diga, ese alguien abandonó su sueño hace algún tiempo. No te preocupes, su sueño le acabará atrapando tarde o temprano.
A mi me gusta comparar los sueño con la misión. Noo, traquila/o, no es un capítulo de la Biblia sino el fin por el que hemos nacido.
Oye, se me ocurre…¿te has preguntado alguna vez cuál es tu propósito? ¿Cuál es tu misión?
Piénsalo, ¿a que tiene algo que ver con tu sueño? ¡CAUSALIDAD!
Ahora mismo me siento agradecida de compartir contigo mi sueño. Si, aquí lo tienes: el logo del corazón – cerebro, la web, los talleres, el blog…
Cada palabra, exclamación y punto forma parte de mi sueño y aquí estás, formando parte. ¿No es flipante? Y puede que esto que estás leyendo, conecte contigo y con tu sueño, y tu sueño con las otras personas y otras…y así TODOS/AS ESTAMOS CONECTADOS, como si de una galaxia se tratase.
Tu sueño te llama, ahora te toca a ti decidir qué responder a la pregunta de:
¿Te vienes?